viernes, 27 de marzo de 2015

10. EXORCISMO EN...







    10. EXORCISMO EN...



    PERROS MUERTOS: Una ciudad polvorienta y bulliciosa hasta el escándalo; sangrienta y despiadada, donde todo podía ocurrir, sin pestañear... 
    En una sociedad decadente... sin atisbo de humanidad...

    PROMETEO: Un lacayo congoleño, del que sus silencios..., decían más que sus palabras.

    _ ...Lo encontraron allí, colgado de ese árbol ennegrecido. Pregunte en la Taberna del Lobo... _ Te lo estoy preguntando a ti.
    _ Tengo que irme. No me gusta que me interrogue un cura por estos andurriales perdidos. Además, los curas traen mala suerte. _ Robespierre quedó pensativo y, momentos después, volvió a insistir:
    _ Silvina, tengo que saberlo... ¡Ahora!
    _ No se lo voy a contar. No soy: ni tonta, ni ingenua.
    _ ¿Por qué? ¿De qué tienes tanto miedo?
    _ No tengo miedo, como el de aquélla niña que se precipitó por el campanario. Dios, no la ayudó.
    _ ¿¡A qué niña te estás refiriendo!? _ Le preguntó Robespierre sorprendido.
    _ Lo sabe muy bien.
    _ No. No lo sé. Y tienes que decírmelo Silvina, por favor.
    _ Tengo que irme. Me esperan en casa. _ Silvina subió precipitada en su bicicleta y fue alejándose de él, colina abajo. _ Robespierre le gritó interrogativo:
    _ ¿Cómo se llamaba esa niña? _ No obtuvo respuesta alguna.
    Las nubes corrían veloces, a la par que Silvina. Su bicicleta... chirriaba. Miró hacia arriba, el cielo había oscurecido repentinamente, y el verde prado parecía temblar... enloquecido. 

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