jueves, 26 de febrero de 2015

2 EXORCISMO EN...




La Taberna del Lobo era un antro vulgar y cutre...
Robespierre y Edgar entraron y observaron.
Ambos se sintieron amenazados instintivamente.
No podían dar un paso en falso, de lo contrario...
Las pesquisas los llevaron hacia allí, y allí posiblemente,
estaría la clave del enigma.
   Al otro lado del río, pasado ya el puente viejo, parpadeaba
la luz ambarina de la taberna enemiga... en silencio.
   Tía Lilay, le contó a Robespierre de pequeño una 
extraña leyenda... de garras y colmillos y, recordó:
"Garras muy afiladas y desafiantes colmíllos."
Robespierre recordaba absorto, y Edgar  observaba con 
antención la repentina palidez de su apolíneo rostro en silencio.
Parecía rezar... Su cuerpo tembló del escalofrío que sintió. Su
mente andaba  como errabunda, perdida en el tiempo... 
y se preguntaba: "Ocurrió todo aquéllo de verdad o era una
horrorosa invención más de mi tía Lilay,  
para asustarme y tenerme bajo control."
   Casandra, amiga de mi tía Lilay, que la visitaba con poca 
regularidad, tenían en el salón largas y extrañas conversaciones.
Hay que decir que, Casandra era una mujer muy bella, 
altiva y muy, muy, selectiva. De porte regio, como todos los
de su estirpe. Un linaje... oscuro como ella misma, envuelto
en nubes de silencio para quienes no la conocían; Su mundo 
era otro, o al menos eso era lo que parecía. Su fría mirada 
era totalmente inquisitiva.
Robespierre se preguntaba: "¿Qué las unía si no había lazos 
de sangre... entre ellas?"
Robespierre era muy observador,  tímido y silencioso; 
sus secretos irían con el a la tumba, y sus pocos devaneos
amorosos, también.
Edgar era más extrovertido y vital.
Emily era romántica, sensible, soñadora, llena de bondad y
de dulzura; pero poco se sabía realmente de ella... llegó de 
improviso... con la tempestad...
Su cara aquél fatídico día se quedó grabada en mi mente y 
en mi corazón a fuego... lento.
Lo que ocurrió después...







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