17.
EXORCISMO EN...
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Decía la leyenda que, cuando los Templarios se dirigieron a Tierra
Santa a luchar por... _Tía Lilay hizo una intencionada pausa.
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¡Continúa, tía Lilay!
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...En la archifamosa Guerra Santa (Las Cruzadas), aprovecharon la
ausencia de los Caballeros del Temple para matar y quemar vivas a
mujeres indefensas acusándolas de herejía; por hechiceras y por
brujas. _ Robespierre la interrumpió, indignado.
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¡Tía Lilay pero qué rollo es ese que estás contando!
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Me pedisteis una leyenda urbana, ¿no?
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¡Sí, pero actual; no de La Orden del Temple!
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Ah, pues..., os digo, que puede que no sea una leyenda al uso. ¿Y si
hubiera ocurrido realmente? _Les preguntó la anciana, sorpresiva.
Robespierre
y Edgar se miraron a los ojos, intrigados; Las profusas cejas de
ambos se curvaron hacia arriba... interrogativas.
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¡Tía abuela Lilay, definitivamente: despotricas! ¿¡Seguro que no
te has olvidado de tomar la medicación!?
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¡¡¡Robespierre!!! ¿Cómo osas atreverte ha hablarme de esa forma
tan grosera? ¿¡Esa es la educación que te dan en el Vaticano!?
¡Con lo cara que me está costando tu educación religiosa! _Le
espetó con sequedad altiva.
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¡La has vuelto a liar, Robespierre! ¿Por qué eres tan impulsivo,
hombre¿ ¡Controla tu apasionado y fogoso espíritu! _ Le regaño
Edgar.
_¡He
dado mi opinión, y punto! _Exclamo airado.
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¿¡Todavía no llega ese té!? _Tía Lilay, consideró cambiar de
tema con sagaz agilidad para que se enfriara un poco el asunto del
que conversaban con trivialidad; La edad era una baza considerable
que jugaba a su favor, y la experiencia: mucho más. En ese mismo
instante apareció por la puerta del salón-biblioteca el lacayo con
una bandeja. En ella, había: Té, café, leche y pastas variadas.
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¡Et voilà, c'est magnifique! _Exclamó tía Lilay, ya que,
Prometeo el lacayo de Casandra, había salvado la situación... in
situ.
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