16.
“EXORCISMO EN...”
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Bueno, ¿queréis echar una partida de cartas conmigo? _Les preguntó
tía Lilay, al verlos tan sorprendidos y estupefactos.
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Sí, no es mala idea. No es domingo para salir. _Improvisó
Robespierre guiñándole un ojo a Edgar.
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¡Me apunto! _Exclamo Edgar, y añadió: Hace tiempo que no juego...
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¿A qué esperamos entonces? _Animó Robespierre, y al rato preguntó:
_ Por cierto, ¿dónde anda Emily, tía Lilay?
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Salió.
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¡¡¡Sola!!! _Preguntaron los dos sorprendidos, al unísono.
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Ah, sí, salió con Casandra..., de compras.
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Entonces, Edgar y yo, nos quedamos más tranquilos.
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Bueno, a ver esa partida de Mus_ Dijo Edgar, animado.
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¡Si somos tres nada más! _ Exclamó Robespierre.
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Prometeo, el lacayo de Casandra, jugará con nosotros. Está aquí. _
Les sorprendió tía lilay.
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¿Dónde?, ¡yo no lo veo! _Preguntó exclamativo Edgar.
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Anda por la cocina preparando té y café.
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Tía Lilay porqué no eres complaciente y nos cuentas a Edgar y a mí,
una de esas leyendas urbanas que corrían por Inglaterra.
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¿¡Ahora!?
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Sí; yo barajo las cartas mientras nos seduces con tus relatos...
ancestrales.
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¡Robespierre estoy más que intrigado, ya veo que tía Lilay es toda
una caja de sorpresas. ¡Cuéntanos!
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No es el momento, jovenzuelos.
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¡No somos tan jóvenes, tía Lilay! _Protestó Robespierre y añadió:
_ Además, Edgar hace tiempo que perdió la virginidad. _Ja, ja, ja,
ja... _ Carcajeó Robespierre.
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Mira quien fue ha hablar: Santo, todo, más.
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Santo no; cura sí, primo Edgar. Háblanos del condado de Wiltshire
tía Lilay.
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¿¡De las brujas de Stonehenge!? _Interrogó exclamativo Edgar.
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Sí, decían de ellas que traían consigo toda clase de plagas,
pestes y desgracias...
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