1.MEMORIAS
DE UN GIGOLÓ
...Iñaki
se cortaba las uñas de los pies y barruntaba:
“Si
se piensa la arpía esa, que se lo voy ha hacer gratis, ja, lo tiene
claro la vieja chocha. Asco me da, la viciosa pajarraca, podrida...
de dinero.” _Se introdujo en la bañera y se dio una ducha rápida;
le esperaba otro encuentro, esta vez, fortuito, recomendación de
una clienta muy especial para él, y de la cual se fiaba, porque le
había sacado de un lío muy... escabroso; Por tanto, a esta mujer,
Iñaki le debía un favor enorme. Y le estaba muy agradecido. La
única condición que le ponía era: CON PERROS: NO. _El pobre
infeliz, no se imaginaba lo que le esperaba.
Tener y mantener un cuerpo perfecto, no era fácil. Gimnasio, buena comida, lecturas..., las justas. Cine, futbol, bicicleta y unas pocas... "golferías" más, por internet. Quería jubilarse pronto y vivir como un rey. Salió de un pequeño pueblo costero en busca de oportunidades y fortuna, él no quería ser pescador como su padre y su abuelo. Su intención era “pescar” algo más grande; El campo lo detestaba como a la misma vulgaridad. Sí, se veía un tío guapo, fino y escultural, y tenía una peculiar gracia al andar. Iñaki pensaba que, con eso y un poco de suerte, podía triunfar y llevar una vida, sino regalada, al menos... desahogada, más cómoda que la que dejó atrás; pero nadie daba euros regalados, se los tenía uno que ganar a pulso... o bueno, ya saben...
Tener y mantener un cuerpo perfecto, no era fácil. Gimnasio, buena comida, lecturas..., las justas. Cine, futbol, bicicleta y unas pocas... "golferías" más, por internet. Quería jubilarse pronto y vivir como un rey. Salió de un pequeño pueblo costero en busca de oportunidades y fortuna, él no quería ser pescador como su padre y su abuelo. Su intención era “pescar” algo más grande; El campo lo detestaba como a la misma vulgaridad. Sí, se veía un tío guapo, fino y escultural, y tenía una peculiar gracia al andar. Iñaki pensaba que, con eso y un poco de suerte, podía triunfar y llevar una vida, sino regalada, al menos... desahogada, más cómoda que la que dejó atrás; pero nadie daba euros regalados, se los tenía uno que ganar a pulso... o bueno, ya saben...
ESTAS ERAN SUS REGLAS,
SUS MANDAMIENTOS.
(Lean aquí, abajo)
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