BAILARINA
Ciñen los cisnes tu cintura
envuelta en nenúfares alados
los que surgen del agua cristalina
donde juegan los lirios y los nardos.
El cantar de las golondrinas
en tu corazón han sellado:
Baladas,
de amor y llanto.
Baladas,
que te susurran...
cómo te puedo querer tanto.
Ciñen los cisnes tu cintura
el cielo te está mirando...
cierra tus bellos ojos bailarina,
no quiero que me veas llorando.
NACER PARA MORIR
Hoy no juega el viento
ni los pájaros cantan igual,
hoy reina el lamento
de seres que sin quererlo se van.
El silencio invade
la nostálgica noticia,
y cubre de agonía
los corazones que palpitan.
Las campanas murmuran
sin ser tañidas,
marcando el lento paso
que los trasportan a la gran cuna.
Sin dejar un desdeño
ni algo tranquilizante,
es la muerte fiel destierro
de todo cuerpo que nace.
¿Con qué esperanzas nacemos?
Sin saber qué nos va a pasar,
pero, qué fácilmente desaparecemos
cuando no deseamos tan cruel final.
EL MUNDO QUIERE LA PAZ
La vida es bella
si la sabes apreciar.
Una rosa es hermosa
si no la dejas marchitar.
La música es maravillosa
si del corazón sabe brotar.
Pon tu grano de arena
¡Y decídete ya!
Ama y deja la guerra,
el mundo quiere la PAZ.
Un verso, una estrofa
que el tiempo te hará recordar,
Es el vuelo de una blanca paloma
que planea sobre el mar.
Es un canto al cielo abierto
Que nunca debes olvidar.
Pon tu grano de arena
¡Y decídete ya!
Ama y deja la guerra,
el mundo quiere la PAZ.
AUSENCIA
Atardecía.
Paseando en una tarde fría
dio la espalda al mar...
Sus ojos tiernos y melancólicos
se inundaron repentinamente
por los recuerdos que invadieron,
los sentimientos guardados
y, bajo llave,
en su desdichado corazón.
Tanta ausencia...
tantas lágrimas furtivas;
como las gotas de lluvia
que se llevó el viento
antes de salir el sol.
Y, aún así,
no perdía la esperanza.
Sabía que volvería
era un verbo; volverás
una conjugación futura
y, volver... era: re-vivir.
NACER PARA MORIR
Hoy no juega el viento
ni los pájaros cantan igual,
hoy reina el lamento
de seres que sin quererlo se van.
El silencio invade
la nostálgica noticia,
y cubre de agonía
los corazones que palpitan.
Las campanas murmuran
sin ser tañidas,
marcando el lento paso
que los trasportan a la gran cuna.
Sin dejar un desdeño
ni algo tranquilizante,
es la muerte fiel destierro
de todo cuerpo que nace.
¿Con qué esperanzas nacemos?
Sin saber qué nos va a pasar,
pero, qué fácilmente desaparecemos
cuando no deseamos tan cruel final.
EL MUNDO QUIERE LA PAZ
La vida es bella
si la sabes apreciar.
Una rosa es hermosa
si no la dejas marchitar.
La música es maravillosa
si del corazón sabe brotar.
Pon tu grano de arena
¡Y decídete ya!
Ama y deja la guerra,
el mundo quiere la PAZ.
Un verso, una estrofa
que el tiempo te hará recordar,
Es el vuelo de una blanca paloma
que planea sobre el mar.
Es un canto al cielo abierto
Que nunca debes olvidar.
Pon tu grano de arena
¡Y decídete ya!
Ama y deja la guerra,
el mundo quiere la PAZ.
AUSENCIA
Atardecía.
Paseando en una tarde fría
dio la espalda al mar...
Sus ojos tiernos y melancólicos
se inundaron repentinamente
por los recuerdos que invadieron,
los sentimientos guardados
y, bajo llave,
en su desdichado corazón.
Tanta ausencia...
tantas lágrimas furtivas;
como las gotas de lluvia
que se llevó el viento
antes de salir el sol.
Y, aún así,
no perdía la esperanza.
Sabía que volvería
era un verbo; volverás
una conjugación futura
y, volver... era: re-vivir.
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