LLEIDA
El Segre medio dormido bordea
mi pequeña y querida ciudad,
en ella me desenvuelvo
tanto para bien como para mal.
De día resplandece,
de noche suele brillar y,
quien bien la conoce, siente,
tenerse que alejar.
Pajarillos de mil colores vuelan.
Mariposillas de flor en flor van;
tanto por las zonas secas
como por las de gran humedad.
Fértil tierra la leridana:
Frutales, almendros, viñedos y siega
hacen de tu cuerpo el bello gozo
las gentes que con sus manos te riegan.
A lo alto, las blancas cimas se inquietan
contrastando con lagunas y laderas,
que cercanas a los azulados lagos,
los verdes valles con sus pastos reinan.
En tu fuero resuenan
los ecos libertadores,
de dos héroes que forjaron
el sueño de tu Historia.
Tú eres primorosa joya
junto a tus hermanas costeras,
que brindándose las manos
veneran la Sardana.
Lleida, Seu Vella,
trono y pedestal,
cuando acercarte quieras,
la bienvenida te da.
MADRE
¿De quién es el cielo, madre?
Hay muchas estrellas en él.
¿De quién son las estrellas, madre?
-Del que las pueda coger.
¿De quién es la luna, madre?
-De quién la mire y en ella se refleje.
¿A quién pertenece mi vida, madre?
-Al que reposa en el Edén.
¿De quién son mis sueños, madre?
Que guardo en el crepúsculo de mi ser.
¿De quién es el viento, madre?
-Del que con rabia enfurece.
¿De quién son los mares, madre?
-Del que acaricie las olas con su piel.
¿De quién son las pobrezas, madre?
-De aquél que se durmió sin querer.
¿De quién son las riquezas, madre?
-Del que sembró para recoger.
¿De quién son las guerras, madre?
-Del que no tiene otra cosa mejor que hacer.
¿De quién son las nieblas, madre?
-Del que pueda ver a través.
¿De quién son las flores, madre?
-Del que coja una y la sepa tener.
¿De quién es el sol, madre?
-Del que aproveche sus rayos con fe.
Y, ¿qué son los malos, madre?
-Son una sombra que jamás podré ver.
¿De quién es mi vida, madre?
-De quién te comprenda y te sepa querer.
Y..., ¿de quién es tu sonrisa, madre?
-Tuya, hijo mío, te la dejo tener.
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