lunes, 9 de noviembre de 2015

19. "EXORCISMO EN..."



19. “EXORCISMO EN...”


_ Porque intuían que, bajo los dólmenes de Stonehenge, los Templarios habían escondido el Santo Grial. La brujería, fue la gran excusa de la Iglesia Apostólica y Romana para destruir a la Orden Templaria y apoderarse de todas sus riquezas y patrimonios. _ Explicó tía Lilay, y añadió: _Cometieron salvajes y brutales atrocidades en nombre de Dios.
_ ¡¡¡Pero, tía Lilay, te vas de la olla, o qué!!! _Exclamó su sobrino Robespierre, malhumorado, añadiendo: _Tendremos que cambiarte la medicación. Ésta, no cumple … expectativas.
_ Yo cuento la leyenda, tal y como a mi me la contaron, querido sobrino. ¡No me invento nada del otro jueves! Así que, no te pongas tanto a la defensiva que, como todos bien sabemos, la Historia está plagada de sucesos macabros perpetrados por tu venerada e idolatrada Iglesia Católica. Y, para tu información, añadiré que, siempre ha habido Papas y... Antipapas que, como bien deberías de saber, la lucha por el poder, ha sido siempre, y te subrayo lo de siempre por lo bajini”, es decir, soterrada, sangrienta y encarnizada. Los lobbies... han existido siempre, y mandan... mucho. Están en los cinco Continentes, incluido tu adorado Vaticano; Son sectarios que solamente adoran aun único Dios: El dinero. Cuna del poder absoluto. Lo demás, querido Robespierre, son cuentos mal contados pero..., con mucha gracia y artificio para despistar a los enemigos y a posibles logias clandestinas de rebeldes o disidentes que también quieren hacerse con el poder; Jamás podríais ni imaginar que existen. Están a buen recaudo en la sombra más absoluta, no son como, por ejemplo: el Club Bilderberg, del cual, todos sabemos de su existencia. ¡Ay. Jovenzuelos, cuanto os queda aún por saber! _ Al concluir su charla, Tía Lilay respiró profundamente y, acto seguido, sorbió un poco de café.
_ ¡Yo, reniego de esta mujer, sabelotodo!
_ ¡Que es tu queridísima tia abuela Lilay, Robespierre! _Exclamó Edgar.
_ ¡A veces, me parece o creo pensar, que no somos familia! ¡bochorno me da escucharle decir tantas simplezas y tonterías!
_ Como dice el famoso refrán: “No creemos en las meigas, pero haberlas, hailas”. _ Añadió Edgar ávido en añadir un poco más de leña al fuego, para comprobar reacciones contrapuestas, que lo divertían... sobradamente.
_ Por cierto, de todo hay en la viña del Señor.
_ Y en la del Diablo. 


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