JUGANDO A
SER DIOS.
(No puede
ser que algunas televisiones públicas de España,
sigan en
manos de “bandoleros” trajeados).
Los
ídolos de barro juegan a ser Dios, y en su terco empeño se queman;
No me refiero a la quema de brujas, ni a los ángeles vengadores, no;
Hablo de políticos y mandatarios salvadores de patrias con las alas
chamuscadas por la fétida corrupción que los mantiene férreos a
sus tronos, y que, sabedores de su inmunda podredumbre, insisten en
dar lecciones de cómo se gobierna una nación, cuando ya la han
vendido, de antemano, a los especuladores y a los buitres carroñeros
que pululan ávidos de una buena y suculenta ración de la tarta. Es
evidente y, ejemplos que lo evidencian, por desgracia, hay a montones
en esta Patria de “patrias” autonómicas, que no tienen muy claro
qué rumbo tomar viendo como está la marea de algunos vientos que
podrían tornarse huracanados si se sigue persistiendo en caldear el
ambiente, ya de por sí, tórrido. Y, lo aclaro, con algunas
preguntas: ¿Qué función tiene en este país, el Senado? Nula. Es
una “cofradía elefantina” de gasto desmesurado y que sirve de
jubilación dorada para los dinosaurios políticos. Ellos, también
son dioses. Y, por consiguiente, tienen privilegios, y además, están
aforados. Parapetados. Protegidos... ¿de quién? De ellos mismos. Si
a esa entidad pública, no se le brinda una proporcionalidad, nunca
habrá acuerdos que beneficien a quienes tienen que beneficiar, que
es, a los ciudadanos de a pie. Cuando un poder tan importante, tiene
mayorías absolutas (me refiero a un partido político en detrimento
de otros), se ve, claramente, lo poco democrático que es el Senado.
Es una burla diabólica. Una pantonima teatral. Un despropósito
mayúsculo, algo que caracteriza “per se” a un país que no ha
evolucionado lo suficiente, o quizás, se podría decir, que no le ha
interesado evolucionar para mantenerse impune, en el poder,
solidificándose y enquistándose hasta producir una enfermiza
metástasis purulenta e infecta, contaminando todo el Sistema. Vamos,
como un troyano informático, pero, a gran escala. Y una vez
infectado el Sistema, ¿qué queda por hacer? Desinfectarlo, es
decir: SAQUEARLO. Lo demás, les importa bien poco, no nos
engañemos.
Dicen que, la Política, tiene
extraños compañeros de cama, pero si lo pensamos bien, puede que no
sean tan extraños como nos quieren hacer ver o creer. Puede que se
conozcan mucho más de lo que parezca y puede que estén conectados
por una red “invisible” y con un mismo gen: El gen egoísta. Ese
endiablado adulador que predica, y predica, y sus miserables falacias
son palabras de devoción para sus acólitos fieles que los aplauden
con efusivo entusiasmo en las gradas, sabidos de que su “contraseña”
en ese código político oculto es: la de ROBAR. Enriquecerse
a manos llenas, dejando con el culo al aire a millones de españoles.
Juegan a ser Dios, pero... tarde o temprano, sus fechorías salen a
la luz, quedando reflejado que jugar a ser Dios, tiene un precio muy
caro. A unos; el destierro. A otros; la cárcel, y a otros; el viaje
a la paz eterna. Nada sale gratis. Todo tiene un precio, y el que
crea que no le va a ocurrir nada, que no olvide: ¿Por quién doblan
las campanas? Doblan por ti.
Fidel
León Gutiérrez,@Bailedelocos
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